Francisco: no te creo



(...)Veamos por ejemplo la lengua bífida que ha suscitado la destrucción de la Eucaristía en la Cristiandad en los últimos cuatro años. Mientras por una parte se deshace Francisco en elogios a la Eucaristía, sin la que no podemos vivir, que nos alimenta, que no es un premio sino una necesidad, que es el mismo Señor que se queda con nosotros, y un largo etcétera vertido a modo místicoide en algunos sermones y discursos, nos encontramos en la actualidad con que ya se da de forma oficial a los que viven en concubinato. Obispos variados, entre los que han destacado últimamente los de Malta, Sicilia, alguno de Argentina recién nombrado por Bergoglio (también amiguete y compi), amén de la ingente cantidad de obispos y curas que no salen en los noticiarios, y que están haciendo lo mismo, apoyados en las actitudes de Francisco.
Mientras se dice con descaro que la Amoris Laetitia no conduce a la comunión de los adúlteros, se está dando profusamene la comunión  a los adúlteros. Mientras se dice que la Amoris no contradice el magisterio anterior (así lo dicen los obispos traidores y los cobardones que no quieren oponerse al jefe y ser desterrados), de hecho se está contradiciendo todo el magisterio anterior en torno a la Eucaristía. Mientras se sigue diciendo que la eucaristía es necesaria para la vida cristiana, se está mandando al infierno a multitud de almas. Como dice San Pablo, todos reos de su propia condenación. Pero reos también de su propia condenación quienes han abierto las puertas del infierno a tantos católicos, con su  lengua bífida que ha sembrado la destrucción en las comunidades.
Hoy se celebra el Corpus Christi. No sé lo que dirá Francisco en sus sermones de hoy. Pero puedo asegurar que no me creeré nada de lo que diga. Cuando  le vea con la Custodia impartiendo la bendición, no me tragaré el sapo. A los hombres se les conoce por sus obras, no por sus palabras. Ya puede salir el Paglia de la Vida (el mariquita de las pinturas de su catedral) diciendo que aunque haya abortistas en la Pontificia Comisión, la Iglesia sigue rechazando el aborto. Ya puede salir Francisco a decir palabras aparentemente piadosas sobre la Eucaristía. No me lo creo. Aunque la Eucaristía viene siendo pisoteada desde hace ya muchos años, Francisco será -a los ojos de la historia-, el hipócrita que anda con palabras aduladoras y camufladas, mientras ha destruido todo en la realidad.
A Francisco no le preocupa nada de esto. A él solamente le importa entre otras cosas, el tráfico de armas, la inmigración, los contratos de trabajo y el cambio climático. El verdadero cambio climático va a venir después. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. Que Dios nos coja confesados, como decía mi abuela.

Fray Gerundio