La María protestante de Bergoglio


Blog Apostolado del Caballero de la Inmaculada 


Cuando Francisco Bergoglio, que se veía incómodo y fuera de lugar (como siempre pasa cuando no está con sus amigos los comunistas, protestantes, ateos, musulmanes y judíos) saludó la noche del 12 de Mayo a cuantos estaban presentes para la procesión con velas que se hace cada noche en la explanada de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, dijo:

“[...] a todos os abrazo y os confío a Jesús, «especialmente a los más necesitados» —como la Virgen nos enseñó a pedir (Aparición, julio de 1917)—. Que ella, madre tierna y solícita con todos los necesitados, les obtenga la bendición del Señor. Que, sobre cada uno de los desheredados e infelices, a los que se les ha robado el presente, de los excluidos y abandonados a los que se les niega el futuro, de los huérfanos y las víctimas de la injusticia a los que no se les permite tener un pasado, descienda la bendición de Dios encarnada en Jesucristo”.
supeditando por una parte al acomodar el mensaje de la Virgen a sus propios intereses oenegeísticos. Mintiendo, porque en la aparición del 13 de Julio de 1917, la Virgen le enseñó a los pastorcitos a que después de cada decena del Rosario se dijera esta oración:
“Oh mi Jesús, perdónanos, líbranos del fuego del Infierno y alivia a las almas del Purgatorio, especialmente a las mas abandonadas” [1]. 
   
Acto seguido, se despachó:
Peregrinos con María... ¿Qué María? ¿Una maestra de vida espiritual, la primera que siguió a Cristo por el «camino estrecho» de la cruz dándonos ejemplo, o más bien una Señora «inalcanzable» y por tanto inimitable? ¿La «Bienaventurada porque ha creído» siempre y en todo momento en la palabra divina (cf. Lc 1,45), o más bien una «santita», a la que se acude para conseguir gracias baratas? ¿La Virgen María del Evangelio, venerada por la Iglesia orante, o más bien una María retratada por sensibilidades subjetivas, como deteniendo el brazo justiciero de Dios listo para castigar: una María mejor que Cristo, considerado como juez implacable; más misericordiosa que el Cordero que se ha inmolado por nosotros?
Desglosemos este párrafo:
  1. “María, [que es] una maestra de vida espiritual”. Hasta donde nos da la insipiencia, la definición “Maestro de vida espiritual” es precisamente el significado del vocablo “gurú”, tan de moda por causa de la hinduizante Nueva Era. Gurúes que son sabios en su propia opinión, a los cuales engañadas las naciones acuden a ellos y rinden culto de latría. ¿A la Inmaculada Madre de Dios pretende equiparar con estos agentes de satanás?
  2. “Una santita (o image pieuse, según la traducción francesa) a la que se acude para conseguir gracias baratas”. Palabras salidas de la boca de sir “No soy quién para juzgar”, prejuzgando las intenciones de aquellos Católicos que le tienen cordial devoción a la excelsa Madre de Dios, y posponiéndola en favor de la delicuescente “Virgen María del Evangelio” que tanto se empeñan los herejes protestantes en buscar.
  3. “Una María mejor que Cristo, considerado como juez implacable; más misericordiosa que el Cordero que se ha inmolado por nosotros”. ¡Ni al más fanático se le ocurriría tal despropósito respecto de la Virgen, de San José o de cualquier otro santo! Y que Ella precisamente esté “deteniendo el brazo justiciero de Dios listo para castigar”, eso no tiene nada de descabellado: Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Asís vieron a Nuestra Señora intercediendo cuando Cristo iba a lanzar las tres lanzas (hambre, peste y guerra) sobre el mundo -y Ella encomendóles mediante su celo en la oración, predicación y penitencia la conversión de los pecadores-, y los venerables Melánia Calvat y Maximino Giraud pueden dar fe de que la Virgen de La Salette les dijo que eran tantos los pecados de la humanidad que ya no podía detener más el brazo justiciero de su Hijo.