La agenda homosexualista: una prioridad para Francisco




Medios católicos tradicionales, sobre todo de habla inglesa, están advirtiendo del matiz homosexualista inequívoco y cada vez más predominante de este papado. Mediante la elección y elevación a puestos clave de prelados pro homosexuales, y la degradación de los ortodoxos, fieles a la doctrina de siempre, Francisco promueve su meta, oculta bajo el silencio y ambigüedad propias pero evidenciada por los hechos: normalizar la sodomía dentro de la Iglesia Católica.

Algunos de estos prelados liberales son:
  
Los obispos Bonny y Koch, los card. Danneels, Kasper, Cupich, Tobin de Newark, Mons Bruno Forte y Leonardo Steiner, Kohlgraf, Coccopalmerio, Schönborn, Spadaro, S.Sorondo, Paglia, Cruz Santos, por citar unos pocos, mientras que hay cuatro, Rosica, Martin, Massingale, y Radcliffe, específicamente dedicados al “apostolado” de distorsión moral entre laicos desprevenidos, seminaristas despistados y profesores de religión, que protagonizan eventos, conferencias, reuniones, tienen canales de vídeos “católicos”, escriben en revistas y periódicos aprobados por el Vaticano o no, o se lanzan a publicar libros. 

Todos ellos coinciden en una cosa: aprueban la interpretación aperturista de la última exhortación de Francisco, Amoris Laetitia, según la cual los divorciados vueltos a casar por lo civil, pueden acercarse a comulgar, cuestión que ya quedó zanjada en el Nuevo Testamento cuando Jesús dijo: “lo que Dios ha unido no lo separe el hombre, o quien se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio”, San Pablo también advirtió de que la comunión en pecado mortal, como lo es el adulterio o la homosexualidad activa, es un grave sacrilegio.

El afamado periodista católico Michael Voris, que desde hace tiempo expone a los jerarcas fraudulentos para evitar la confusión entre los fieles, ha dejado claro que estos cuatro personajes están protegidos por instancias vaticanas más altas ya que nunca se les censura ni se les impide la entrada en ningún simposio o actividad púbica, en la que vierten su veneno anti doctrinal, y al contrario, se les promociona.

Algo oscuro ocurre bajo la supervisión de la cúpula vaticana, y ciertamente no es por el bien de las almas ni para honra de Dios, sino para hacer avanzar, tramando la sustitución de la Verdad, el reino del Maligno.



Isabel Planas