Bergoglio, el manipulador


Más manipulación del lenguaje. Bergoglio afirma que los fariseos de hoy, aquellos de los que Jesús dijo que se habían llevado la llave del conocimiento y que no entraban ni dejaban entrar en el Reino, se caracterizan así: "Para ellos Dios es el que hizo la Ley. Y éste no es el Dios de la revelación"


Falso como siempre y enredador como la serpiente satánica, porque en verdad, Dios es el que hizo la ley y también ese es el Dios de la Revelación. Francisco opone la "salvación" a los cumplidores de la Ley. (ver abajo)


También el 11 de octubre, como publica en.news, en un alarde de minimizar el pecado hasta hacer desaparecer las consecuencias de desobedecer aquellos Mandamientos de la Ley divina que más le molestan, principalmente los sexuales  -por algo será-, Bergoglio dice que no hay que tener miedo al Juicio Final, porque “al final de nuestra historia está Jesús Misericordioso”, y en consecuencia “todo se salvará. Todo”.

El 23 de agosto, Francisco comparó el fin de la historia con “una inmensa tienda, donde Dios acoge a todos los hombres para habitar definitivamente con ellos”. El vaticanista Sandro Magister muestra que en varias ocasiones Francisco ha citado en forma selectiva parábolas del Evangelio, omitiendo las advertencias de Jesús sobre la condenación eterna.

Si Francisco estuviera en lo cierto, nadie necesitaría de él ni de la Iglesia, y no habría diferencia entre un santo y un malhechor.




El día 20 dijo sobre los hipócritas que intentan parecer virtuosos:



En el Evangelio de San Lucas propuesto por la liturgia del día, prosiguió diciendo el Papa, Jesús nos hace comprender "otro modo de logar la justificación", proponiéndonos la imagen de "aquellos que se creen justos según las apariencias".
Es decir, aquellos que, como dijo Francisco, saben poner "rostro de imagencita", como "si fueran santos". Son los hipócritas, explicó, "dentro de ellos está todo sucio", hay "basura", pero externamente quieren "aparecer" justos y buenos, haciéndose ver cuando ayunan, rezan o dan la limosna. Pero dentro de su corazón no hay nada, "no hay sustancia"; la suya "es una vida hipócrita", su verdad "es nula".
"Estos se maquillan el alma, viven del maquillaje, la santidad es un maquillaje para ellos. (...)El Papa Bergoglio añadió que la de aquellos es "la justificación de la apariencia". Son "pompas de jabón" que hoy están y mañana no están.
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(RV).-  (...)Inspirándose en el pasaje del Evangelio de San Lucas, propuesto por la liturgia del día, que refiere que los escribas y los fariseos se consideraban justos y a quienes Jesús les demuestra que sólo Dios es justo, el Santo Padre  explicó el motivo por el cual los Doctores de la Ley se habían “llevado el conocimiento”, con la “consecuencia” de “no entrar en el Reino y, ni siquiera, dejar enterar a los demás”.
Este llevarse la capacidad de comprender la revelación de Dios, de entender el corazón de Dios, de comprender la salvación de Dios – y la clave del conocimiento – podemos decir que es un grave olvido. Se olvida la gratuidad de la salvación; se olvida la cercanía de Dios y se olvida la misericordia de Dios. Y los que olvidan la gratuidad de la salvación, la cercanía de Dios y la misericordia de Dios, se han llevado la clave del conocimiento”.
De manera que – como dijo el Papa – la gratuidad ha sido “olvidada”. Es “la iniciativa de Dios” – añadió Francisco – la que nos salva. Y, en cambio, se ponen “de parte de la Ley”. La salvación –  reafirmó – “está allí, para ellos”, llegando de este modo “a un montón de prescripciones” que, de hecho, se convierten en la salvación. Pero así “no reciben la fuerza de la justicia de Dios”. La Ley, en cambio, es siempre “una respuesta al amor gratuito de Dios”, que tomó “la iniciativa” de salvarnos. Y “cuando se olvida la gratuidad de la salvación, se cae, se pierde la clave de la inteligencia de la historia de la salvación”, perdiendo “el sentido de la cercanía de Dios”.
“Para ellos Dios es el que hizo la Ley. Y éste no es el Dios de la revelación. El Dios de la revelación es Dios, que ha comenzado a caminar con nosotros desde Abraham hasta Jesucristo, el Dios que camina con su pueblo. Y cuando se pierde esta relación cercana con el Señor, se cae en esta mentalidad obtusa que cree en la autosuficiencia de la salvación con el complimiento de la Ley. La cercanía de Dios”.(...)
Por último el Papa aludió a la “responsabilidad” de los pastores, hoy, en la Iglesia. Cuando pierden o se llevan “la clave de la inteligencia” – dijo – y nos cierran la puerta “a nosotros y a los demás”.