El nefasto Lutero honrado por el Vaticano

En solemne y triste recuerdo de los acontecimientos que rodearon las acciones graves de Martín Lutero, que dividió Europa y privó a cientos de millones de almas de los beneficios de la vida sacramental, publicaremos nuevamente importantes artículos sobre el tema.

***

Martín Lutero y la Iglesia Católica, de John R. T. Lamont (2016)
          
Una serie de comentarios favorables sobre Martin Luther han sido hechos por las autoridades católicas para conmemorar el 500 aniversario de la Reforma en 2017. En particular, el Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, cuyo presidente es el cardenal Kurt Koch, ha emitido un documento católico- la Oración Luterana 'Común' por 500 años de Reforma junto con la Federación Luterana Mundial. Esta 'Oración Común' incluye las siguientes oraciones: 'Ayúdanos a regocijarnos en los regalos que han llegado a la Iglesia a través de la Reforma (Protestante)', y 'El viaje ecuménico permite a luteranos y católicos apreciar juntos la visión y experiencia espiritual de Martín Lutero del evangelio de la justicia de Dios, que también es la misericordia de Dios '; "Gracias a ti, oh Dios, por los muchos puntos de vista teológicos y espirituales que hemos recibido a través de la Reforma". 


Esta no es una iniciativa del magisterio de la Iglesia, pero es tan efectiva para formar las fe de los católicos. como una declaración magisterial, ya que se presenta en los medios como una posición de la Iglesia. Esta iniciativa requiere urgentemente comentarios y críticas de fieles católicos.

La mejor manera de criticar a Lutero es citando sus propias palabras. 

Desafortunadamente, estas palabras son a menudo muy obscenas y repugnantes, y se necesita un estómago fuerte para examinarlas detenidamente. Se lamenta que las necesidades de los tiempos hace que sea importante recordar estos escritos a la atención de los católicos.

El primer elemento del pensamiento de Lutero que debe abordarse es su punto de vista de la Iglesia Católica Romana. Sus puntos de vista maduros sobre este tema fueron presentados en una carta sobre el papado romano, "Contra el papado romano, una institución del diablo", que publicó en 1545. La carta fue ilustrada con xilografías de asombrosa obscenidad, que no se reproducirán aquí. Los comentarios ofensivos y blasfemos en la carta son, por supuesto, deplorados por Rorate Caeli, y se dan aquí como ilustración del hombre ahora elogiado por los Cardenales y los altos prelados.

                                     ***************

Lutero también atacó la Sta. Misa

Contra el Santo Sacrificio de la Misa, la oración más sagrada de la Iglesia, Lutero derramaba un desprecio vulgar. 
Decía que ningún pecado de inmoralidad, ni hasta “el homicidio involuntario, el robo, el asesinato y el adulterio, es más perjudicial que esta abominación de la Misa papista”. Gruñía además que antes quería haber sido “el propietario de un burdel o un ladrón, en lugar de haber blasfemado y difamado a Cristo por haber celebrado la misa durante 15 años”.
En su opúsculo La abrogación de la Misa, ideado para destruir la Misa, Lutero escribió:
“Estoy llanamente convencido de que con estos tres argumentos [que había dicho anteriormente] todas las conciencias piadosas se persuadirán de que este sacerdote de la Misa y el Papado no son nada sino obras de Satanás, y que serán advertidos suficientemente contra la idea de que por estos sacerdotes se efectúe cosa alguna, piadosa o buena. Todos sabrán ahora que estas Misas sacrificiales se han demostrados ser injuriosas al testamento de Nuestro Señor y por eso, nada en el mundo entero debe ser tan odiado y detestado como los espectáculos hipócritas de este sacerdocio, sus Misas, su culto, piedad y religión. Sería mejor ser conocido públicamente como un chulo o ladrón de que ser uno de estos sacerdotes”.

El gran San Juan Fisher, que vivió al mismo tiempo que Lutero, expresó horror acerca de su impiedad: ¡“Dios mío”! escribía, ¿“Cómo es posible quedarse tranquilo cuando se escucha tales mentiras blasfemas dichas contra los misterios de Cristo? ¿Cómo es posible escuchar sin resentimiento, estos insultos ultrajantes arrojados contra los sacerdotes de Dios? ¿Quién puede leer tales blasfemias sin llorar con pena profunda, si conservamos en nuestros corazones hasta la chispa más pequeñita de la piedad cristiana”?


Pues peor es oír desde el Vaticano alabar al monje apóstata, al que se le dedican peregrinaciones organizadas por parroquias católicas a su lugar de nacimiento, exposiciones de su obra en el interior de las mismas, o que Bergoglio, en uno de los aniversarios de la Virgen de Fátima, sustituyera su imagen por la de Lutero en un encuentro con luteranos etc..