A Agustín del Divino Corazón Noviembre 5/07
Jesús dice:
Pequeños adorados de mi Divino Corazón. Mi Corazón tiene sed y hambre de almas y uno de los medios que utilizo es derramar mociones interiores a almas generosas, como vosotras, que pidan y supliquen a un Padre: misericordia por la salvación de las almas. Orad a favor de ellas, orando un Ave María por su conversión y salvación, para que vuestro clamor e intercesión suba como incienso ante la presencia de Dios Padre. Muchas almas se condenan porque no hay quien se sacrifique y ore por ellas.
Orad, pequeños rayitos de luz, el Rosario del Amor, que derrite mi Corazón y lo enternece a favor de las pobrecitas almas pecadoras; depositadlas en la patena de mi Divino Corazón, pidiéndome clemencia por ellas. Reparad por sus pecados, por su desobediencia a mi plan salvador que con vuestra oración incesante, Yo, me apiadaré de ellas.
Cuando estéis en peligro de perecer, decid: ¡Dios mío, perdóname! Y Yo
tendré compasión por vosotros.
Trabajad, pequeños míos, para mi Reino salvando almas.
Trabajad, pequeños míos, para mi Reino salvando almas.